Es la segunda vez que leo un artículo del profesor Artal sobre los “problemas” de la ciencia española y en ambos me quedo con la misma sensación de “me están tomando el pelo”.
Los razonamientos, en ambos casos, están excelentemente construidos. Aporta ejemplos que son relevantes y los artículos están bien escritos, y sin embargo… sin embargo siempre termino con la sensación de que el profesor Artal me hace trampas.
Veamos, por ejemplo, este artículo. Tras una larga exposición llena de interesantes consideraciones, el autor concluye que el principal motivo de los científicos de renombre que dejan España para marcharse a otros países es “el ego” (estamos hablando de quienes deciden irse, claro, no del que se va a la fuerza). Sin embargo, y aquí es donde está lo importante, el único argumento que soporta esa conclusión concreta es que él “lo cree”.
Por otra parte, está la oportunidad de este ataque (porque es un ataque. Bien escrito, bien argumentado -quitando ese pequeño matiz del “yo lo creo”-, pero un ataque al fin) contra aquellos que se van. El artículo del profesor Artal se publica justo cuando una serie de científicos de renombre (que se han ido) deciden contestar al señor Lora Tamayo a la acusación de que “se van por dinero”.
Esto científicos, en su artículo, contestan al presidente del CSIC (repetidor y hereditario) que se van porque las condiciones de trabajo aquí son horribles desde que, con la excusa de la crisis, se ha recortado el presupuesto de ciencia en cerca de un 40% desde el año 2008 (y encima, para mayor cachondeo, de ese presupuesto recortado no se ejecuta un 42%). Que ellos estarían encantados de volver si se hicieran una serie de reformas estructurales (y proponen alguna, con las que podemos estar más o menos de acuerdo) que les garanticen que no van a pasar por una situación como la que les ha empujado a irse (a algunos, después de regresar, con lo que ello conlleva).
En este contexto, digo, el profesor Artal escribe un artículo que no los acusa de irse por dinero (hablar de la pela está feo en público, y él es un hombre educado), pero sí que decide que lo que estos señores señalan como motivo principal de su partida es, en realidad, secundario. Que lo importante, porque él “lo cree”, es su ego.
Esos señores quieren ganar un Nobel (o similar), y en España (país del sur, compañeros, malditos norteños) llegamos a un momento, justo antes del Nobel, en el que ya no hay más. Se acabó el juego. O te vas fuera, o te quedas en la fuente del pueblo, papando moscas. No hay más opción.
Y aquí viene la sensación de “me estás estafando”. Porque estoy muy de acuerdo en cosas que dice el señor Artal, pero…
Pero me resulta sospechoso que su artículo despolitice las declaraciones de esos científicos. Me resulta extraño que acuse a sus compañeros de doblez, de no decirlo todo, de no ser totalmente sinceros. Que tienen intenciones ocultas y que lo único que quieren es justificarse. Que diga que se van por su “ego”, que es lo mismo que decir “por su interés”.
Me resulta extraño que un científico de su talla deba recurrir al argumento ad hominem para negar las declaraciones de estos compañeros. Para decir, sin llegar a decirlo, que los científicos se equivocan y el señor Lora Tamayo tiene (parte de) razón: que se van por su interés propio (dinero, prestigio… mutatis mutandis), no por los problemas que dicen que sufrían
Pero luego leo los comentarios y parece que va a ser que no, que no he comprendido al profesor Artal, que no él quería decir lo que parece que dice.
Exactamente lo mismo que me pasó la última vez.
Y se me queda cara de tonto y pienso “no eres tu, Pablo, soy yo, que debo haber cambiado”.
Saludos